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MIGUEL MAIRENA

Ser misionero en estos tiempos, pasa por reconocer que somos llamados a servir en el ejemplo de Jesús, quien sin preguntar quién era, que creencia tenían las personas, siempre estuvo dispuesto a extender la mano a los más necesitados.

Elvin Huembes es un joven de 21 años de edad, de la comunidad de Madronioto, San Francisco Libre, quien desde los quince años le comenzó a crecer un tumor en el pómulo derecho.  Su cara se fue deformando  año con año y cuando comenzó el problema hace seis años los médicos no respondieron de forma apropiada porque Elvin era de una familia pobre del campo.  En aquel tiempo alguien podría conseguir una operación únicamente si podría pagar.   Elvin es uno de cuatro hermanos y sus padres apenas logran cubrir el costo de la comida.  Lo sufrido por Elvin fue lo común en el periodo de gobiernos neo-liberales en Nicaragua (entre 1990 y 2007), cuando se privatizaron la salud y la educación; por eso este caso no tuvo la atención necesitada.

Nuestro trabajo como misioneros es seguir el llamado de Jesús, de ayudar a los que más lo necesitan, es estar en solidaridad con todos aquellos que sufren, sin preguntarles si son o no cristianos.  Como Cristianos estamos obligados a mostrar la gracia que Dios nos ha dado por medio de Jesucristo, buscando el bienestar de todos, de que tengamos mejor vida, vida en abundancia.

Con el problema de Elvin, iniciamos consiguiendo un reportaje noticiero en televisión, buscando la solidaridad de los demás. No había terminado el reportaje cuando ya habíamos recibido muchas llamadas incluyendo la de un medico quien ofreció ver a Elvin. El medico era especialista en un hospital publico.  De esa forma pudimos lograr que fuera valorado por una junta de médicos en un hospital público y a la vez operado del tumor.  La cara de Elvin todavía esta deformado, pero esta mejor y su vida ha cambiado.  Elvin necesita por lo menos una operación más. Continuamos apoyándolo, acompañándolo y cubriendo los costos mensuales de su traslado desde su comunidad al hospital y comprando medicamentos.  Varias personas de iglesias acá han ayudado a cubrir estos costos.

Durante este tiempo que hemos apoyado a Elvin hemos conocido que su papa murió cuando él era muy chico; su mama se volvió a casar y sus hermanas y su hermano son del nuevo matrimonio.  Asisten a una Iglesia Bautista en la comunidad donde viven y su padrastro es el delegado de la palabra en esa Iglesia. La situación de Elvin es de salud, es solo un ejemplo de los diferentes personas que encontramos en nuestro lugar de asignación misionera,  a los que también acompañamos y nos solidarizamos,  como en casos que son de violencia contra las mujeres, defensa del derecho a la propiedad, derechos humanos,  educación y equidad de género.  También trabajamos apoyando las iniciativas económicas de mujeres con pequeños préstamos, en salud integral con mujeres, y en varios programas con jóvenes y niñez.

Los cristianos y los no cristianos alrededor del mundo requieren de la solidaridad y acompañamiento. Como misionero en estos tiempos estamos llamado a continuar con el ejemplo de Jesús, sin hacer distinción de personas, y buscar que todos tengamos vida, vida en abundancia y así alcanzar el reino de Dios y su justicia aquí en la tierra.

Miguel Mairena es Misionero de Ministerios Globales de la Iglesia Metodista Unida en Nicaragua con la Asociación Mujer y Comunidad, San Francisco Libre, una organización ecuménica de mujeres.